viernes, 14 de mayo de 2010

Directed by 4: TANATOS (Alvaro Casalino) - Perú

Título: Tanatos

Director: Alvaro Casalino

Género: Terror/Drama/Romance/Suspenso

Elenco:
Guy Pearce (Thomas/Conductor)
Keira Knightley (Angela)
Mia Wasikowska (Lisa/ángel)
Lee Pace (Robert/Monstruo)
Ian Abercrombie (Abraham)
Justin Theroux (pianista/mendigo/ángel)
Grace Zabriskie (Teresa)

Música:
Bird York - In the Deep - Click
        
Akira Yamaoka- Ain't Gonna Rain -Click

Krzysztof Penderecki - Threnody for the Victims of Hiroshima- Click

Kroke-The secrets of the Life Tree- Click

Christopher Young – Leviathan- Click

Akira Yamaoka-The day of night- Click

Angelo Badalamenti-The Pink room- Click

Witold Lutoslawski-/Joey Altruda- Novellete Conclusion (Lisa)- Click

Akira Yamaoka-My heaven- Click

Sting-Moon over Bourbon Street- Click


Sinopsis: Un lugar que es el infierno en la tierra. Una pareja de recién casados cuya felicidad se derrumba a causa de los secretos y las verdades a medias. Una ciudad moribunda, sumida en el miedo y la desesperación…Un horrible secreto une a estas tres historias, aparentemente distintas entre sí. Una verdad unida por la irrealidad y la locura.

Argumento:

Prólogo
Un auto azul recorre una oscura carretera. El rostro del conductor, a pesar de la oscuridad del ambiente, es sereno y tranquilo. La música de fondo es “In the Deep”. En medio de la noche, la carretera sigue y sigue. Fundido en negro.

1
Ahora es de día, pero el ambiente luce mucho más sombrío y tenso que en la escena anterior. El cielo está completamente gris; el paisaje que revela la escasa luz del lugar tiene un aspecto descorazonador. Se trata de un bosque, al final de la carretera; un bosque sombrío, en donde no se escucha ningún sonido, salvo el aleteo de las moscas. El auto azul se ha detenido. El conductor, un hombre delgado y con la barba crecida, ha descendido y ha caminado unos metros afuera del auto. Parece haber problemas con el auto azul.
El hombre camina en dirección hacia una pequeña cabaña. Mientras se acerca, el ruido de las moscas se acrecienta. En algunos de los árboles, han sido tallados una serie de sombríos símbolos, entre los cuales se encuentran algunos pentagramas.
El conductor llama a la puerta, pidiendo ayuda. Dice que su auto se ha quedado sin gasolina. Nadie responde. Luego del tercer llamado a la puerta, el conductor entra a la cabaña. Esta parece haber sido abandonada desde hace mucho, todos los objetos de su interior están sucios y desperdigados por el suelo. Algunos restos de comida que quedaron son asediados por las moscas y las hormigas. En la pared está colgada una colección de mariposas, entre las que destaca una mariposa azul.
El conductor abandona lentamente la cabaña, y camina en dirección al bosque, esperando encontrar a alguien que le ayude. El sonido de los insectos es más fuerte y desagradable. Luego de caminar por un buen rato, descubre el origen del ruido: Se trata de un enjambre de moscas, sobrevolando sobre una pila de animales muertos en una fosa. La  repugnante visión hace que el hombre retroceda y tome otro camino en el bosque, el cual le lleva hacia lo que parece ser la entrada de un pueblo.  Mientras deja atrás al bosque, el ruido de los insectos desaparece, siendo reemplazado por un inquietante silencio. No parece haber nadie a la vista, aunque sí encuentra algunos autos oxidados y sin ruedas. También encuentra algunos conejos muertos, cuyos restos han sido colocados sobre unas extrañas cruces de madera.
Ante tal visión, el hombre empieza a retroceder y corre en dirección al bosque. Pero el bosque se ha vuelto semejante a un laberinto, y no da con el camino por el cual vino. 
Descendiendo por el sendero, llega hasta un claro en el bosque, en donde han sido abandonados restos humanos. También las moscas asedian a estos cadáveres. La escena es horrenda; el conductor la observa con una mezcla de repugnancia y fascinación que le impide moverse del lugar.
No es hasta que escucha el desagradable ruido, mitad gruñido, mitad gorgoteo, de unos seres desconocidos, que el conductor escapa del claro, y observa desde detrás de unos árboles la llegada de unas grotescas criaturas.
Vagamente humanas, sus rostros se asemejan al de anfibios ciegos que reptan en la profundidad de las cuevas, carecen de ojos y en sus cabezas aplanadas y extendidas, como el de las salamandras, están tres hileras de afilados dientes.
Guiados por su olfato, los seres reptantes caminan hacia donde están los restos humanos. Ante la mirada horrorizada del conductor del auto azul, los monstruos empiezan a devorarlos del mismo modo que lo haría un buitre.
El conductor está paralizado de terror. Sabe que si hace un movimiento en falso, los monstruos podrían advertir su presencia.  De repente, uno de los monstruos deja de comer y comienza a olisquear el aire, haciendo una serie de ruidos semejantes al de un perro rabioso. A pesar del hecho que no tiene ojos, el monstruo parece haberse dado cuenta de la presencia del conductor, el cual retrocede, primero lentamente, luego a toda velocidad, al momento en el cual los otros seres se levantan y vuelven sus rostros en dirección hacia donde se encuentra él.  El hombre corre lo más rápido que puede…Los otros seres le siguen, contra a lo que podría pensarse  en un principio, son terriblemente veloces, y están a punto de darle alcance. Mientras huye, una toma área revela que en hay más de una fosa en el bosque y en más de una de estas hay restos humanos apilados junto a los restos de los animales.
En busca de un escondite, el conductor desciende por un sendero hasta lo que parece ser la entrada de una mina abandonada. Desde su escondite, el hombre observa la llegada de más de esos seres infernales…Semejantes a una manada de lobos, parecen comunicarse entre sí por medio de gruñidos y mordeduras.  Uno de ellos sigue un rastro equivocado: El conductor ha dejado su abrigo enganchado en las ramas de un árbol.
Los otros siguen al otro y desaparecen en medio del sombrío follaje. Nuevamente, en el bosque reina un silencio inquietante. El conductor no sabe si salir o adentrarse en las profundidades de la mina. Por fin, se decide por el interior de la mina, ante la amenaza de esas bestias infernales.
El conductor desciende un buen trecho hasta las profundidades de la mina: Este le lleva hasta un recinto en donde ha sido erigido un grotesco altar, en cuyo centro se encuentra un cadáver pequeño, envuelto con las vestiduras que suelen colocarse sobre las imágenes religiosas de las iglesias. Alrededor del cadáver se aprecian numerosas velas encendidas.
Alrededor de este, tres conejos, dispuestos en forma de cruz han sido colocados en estacas. El conductor escucha los gruñidos de los monstruos acercándose al lugar en donde se encuentra él. Toma una de las estacas, y la lleva consigo a modo de arma, al tiempo que procede a huir por una pequeña puerta roja, la cual parece llevar hacia profundidades aún más hondas. Mientras desciende, se escucha “Leviathan”, el cual es acompañado por un cántico recitado en un idioma desconocido.
Aquel túnel conduce al exterior. La llegada del conductor  es proyectada en un televisor en algún lugar.  (No se precisa el lugar exacto) El lugar al cual el conductor ha llegado está desolado, salvo por una escasa vegetación  conformada por una arboleda. Parece que ese lugar fue un parque en alguna época distante.
El hombre parece descargar en ese lugar todo lo que ha estado guardándose hasta ese momento, el horror, el asco y la desesperación. Por fin, luego de un rato,  el conductor parece haberse decidido a seguir andando, si bien no tiene ningún rumbo fijo.
Los pocos lugares que recorre en aquella ciudad siniestra reflejan abandono, violencia, deshumanización…Algo terrible debe haber pasado en ese sitio. De pronto, el conductor se percata de algo. Alguien lo está siguiendo. Recordando a los monstruos, el hombre se prepara para defenderse de su atacante. Las actitudes de este parecen semejantes a los de los monstruos: Unos gruñidos amenazantes se oyen a la distancia.
Entonces, el atacante surge detrás del conductor,  derribándolo. El atacante hiere salvajemente al conductor, y este responde al ataque clavándole el fierro en el estómago. Todo sucede rápidamente. Una vez ha conseguido librarse de su agresor, descubre que este no era uno de los monstruos, sino un ser humano, pero con el rostro lleno de cicatrices y deformaciones productos de una intervención quirúrgica.  El hombre observa al personaje muerto con algo de extrañeza, como si lo hubiese reconocido. Pero pronto se da cuenta de que también él ha sido herido de gravedad,  por un instrumento parecido a unas tijeras. Agonizante, camina unos metros de distancia, en dirección a la arboleda, como si hubiese visto algo y quisiese alcanzarlo. Mientras agoniza, ve  la figura de una hermosa mujer aparece frente a sí, sonriéndole. Luego el hombre cae y pierde el conocimiento.

2
Thomas Beckett despierta en su casa. Durante el desayuno, cuenta a su esposa Ángela sobre el extraño sueño que tuvo la noche anterior. Ángela le recomienda no hacer mucho caso de los sueños. Dos gatitos beben leche a un extremo de la cocina. Al término del desayuno, Thomas Beckett se despide de su esposa, y parte a su trabajo en su auto. Este auto es gris, no azul.
Thomas Beckett trabaja en una compañía farmacéutica Parthenon, encargada de producir y desarrollar nuevos medicamentos.  La semana transcurre normalmente para Thomas; su personalidad discreta y respetuosa le evita conflictos. Es muy respetado por sus compañeros de trabajo, también por su jefe, el señor Abraham Camm. Sin embargo, el único amigo cercano de Thomas es Robert Atcher, de carácter abierto y burlón (Totalmente opuesto al de Thomas)
La rutina de Thomas transcurre con toda normalidad, sin ningún contratiempo. El parece muy feliz, en su pequeño mundo en donde no existen problemas ni sorpresas, al menos en apariencia.
La tarde del viernes, es invitado por su amigo a la reunión de uno de sus amigos, llamado Joseph, quien acaba de contraer matrimonio hace poco con una hermosa mujer, llamada Melisa. Robert es bastante informal, así que le fastidia ir a la reunión.  Confiesa que se siente fuera de lugar en ese tipo de ambientes, así que pide a Thomas y a Ángela que le acompañen. Thomas acepta.
La noche del sábado, tiene lugar la reunión en la casa de Joseph. Se trata de una reunión (para mayor incomodidad de Robert) bastante formal y elegante. Un pianista toca una hermosa melodía en el centro del salón.
Los anfitriones de la fiesta reciben a los tres recién llegados. Thomas es llevado aparte por los dos esposos, mientras que Ángela y Robert van por su lado. Una mujer flirtea con el pianista, mientras que Melisa cuenta a un aburrido Thomas los pormenores de la boda.
Los sirvientes de la casa se acercan a Joseph, indicándole que la cena ya está lista. Joseph llama a los invitados, para que se sienten en la mesa. El aburrimiento y la impaciencia de Robert ocasionan que este beba más de la cuenta mientras Robert y Melisa empiezan con una tediosa narración de su boda (Una vez más) Besos incluidos. Pero para molestia de Melisa (y diversión del resto de los invitados), Robert, estando ebrio interrumpe su relato y hace un ridículo brindis en honor de los recién casados. Todos, menos una indignada Melisa, celebran el chiste.  Al final de la cena,  Melisa se lleva a su esposo a la cocina. Allí le pregunta porque diablos trajo a “ese tipo” a la fiesta, en vano Joseph intenta explicarle que Robert es un amigo de muchos años que le ha ayudado mucho en el tiempo en el cual ellos dos eran estudiantes…La mujer sólo ve a un personaje maleducado y desagradable.
Joseph: Por favor, Melisa, no me hagas una escena delante de los invitados…
Melisa:(Molesta) ¡No me digas que no haga una escena! Es culpa tuya, por traerlo a nuestra casa…
Los criados observan con cierta incomodidad el pleito de los esposos. Joseph, furioso, les ordena irse a la mesa a servir el postre a los invitados, y dejarlos a ellos solos.  En la mesa, Robert no se siente nada bien, mientras el pianista impresiona a unas adolescentes con las historias de su viaje a Italia. Ninguno de los invitados, salvo Ángela y Thomas, parece darse cuenta de que Robert no podría estar del todo bien. Al momento en el cual Thomas pregunta a su amigo si está bien, este le responde que sí, e intenta levantarse, pero cae al suelo unos instantes después. La criada entra a la cocina en donde los dos esposos siguen con su discusión, contándole lo ocurrido. Robert ha sido echado a un sofá, mientras Joseph llama a un taxi para que venga por su amigo. Thomas y Ángela asisten a su amigo. Thomas se lamenta por lo ocurrido,  aunque Joseph no parece estar molesto (Al menos, se muestra mucho menos molesto que Melisa)
En privado, Joseph cuenta a Thomas que Robert le contó, en sus últimas visitas, sobre una relación que tuvo, con una mujer bastante más joven que él, pero que esta terminó abruptamente, lo que sumió a Robert en una depresión, lo que explicaría su extraña actitud. Thomas se queda sorprendido por la narración, pues su amigo jamás le había contado al respecto de ello. Jamás se le había pasado por la mente que Robert tuviera algún problema. Joseph le aconseja  no guiarse tanto por las apariencias, pues estas pueden engañar.
-Puedes conocer a una persona desde hace treinta años, y no conocer nada realmente de ella, si me entiendes…-Se ajusta la corbata- Mi madre jamás pensó que su esposo le sería infiel…Y ya ve usted.
-¿Qué cosa?
-Nada- Joseph parece un tanto incómodo.- ¿Podría estar usted junto a… (señala a Robert) mientras voy a ver a mi esposa?
-Desde luego.
Joseph sale del cuarto. Robert  se ha quedado dormido. A su lado permanecen Ángela y Thomas. Durante el tiempo de espera del taxi, casi no intercambian palabras. Thomas parece estar muy pensativo…
El taxi llega y un amodorrado Robert sube en él. Thomas pregunta si no desea que le acompañe. Robert insiste que está bien. Una vez su amigo se va en el taxi, Thomas decide que ya es tiempo de irse. Luego de despedirse de la pareja de esposos, Thomas y Ángela se van. Ángela se muestra gentil como siempre, pero parece un poco distante, como si estuviera un poco ida.
-Cuando lleguemos, me despiertas…-Dice, apoyando la cabeza sobre el hombro de su esposo.
Thomas conduce, en medio de la noche. La pista sigue y sigue…
Robert debe ausentarse del trabajo por unos días por recomendación médica. El señor Camm llama a Thomas a su oficina, a la cual puede accederse únicamente por ascensor. La oficina es un recinto elegante, adornada con elementos de la arquitectura clásica, pero hoy existe algo de tensión en ella. Un hombre de traje y corbata, acompañado por un médico forense , está junto al señor Camm. Le dirigen una mirada fría a Thomas, este exige saber quiénes son. El señor Camm explica que el hombre de terno y corbata es el abogado de la familia Ormond.
-Ha habido una irregularidad- sentencia el señor Camm, con marcada preocupación.
Esta “irregularidad”, explica el abogado, es algo muy grave: La hija menor de los Ormond, Nathalie, de seis años de edad, ha muerto, luego de que le fuese suministrado uno de los productos de la compañía Parthenon, en el hospital en donde estaba internada. La familia ha entablado una denuncia contra el hospital y contra la compañía. Una vez el abogado y el médico se retiran, Abraham se derrumba. Este hecho puede ser la ruina de la compañía si llega a saberse públicamente.  Abraham ha organizado una investigación interna para averiguar quién es el responsable de la irregularidad ocurrida. Thomas le aconseja mantener la calma. Abraham ordena que este hecho no sea conocido por nadie, salvo ellos dos. Ya encontrarán al culpable, y se encargarán de darle la sanción correspondiente.
En su casa, Thomas está preocupado, pero no cuenta a su mujer la causa de su preocupación. Esa noche ninguno de los dos intercambia palabras en la cama.
Recién en este momento, la cámara enfoca un objeto extraño en la casa: Una colección de mariposas, entre las cuales está una mariposa azul. Robert regresa al trabajo; pero tampoco él consigue sacar a Thomas la verdad detrás de las investigaciones que son realizadas a todo el personal de los laboratorios.
Al término del mes, la situación parece haberse normalizado y Thomas es citado nuevamente a la oficina de Camm. Este parece muy aliviado, pero su conversación deja entrever que ha sobornado a los investigadores y al abogado de la familia Ormond. Esta impresión se reafirma cuando Thomas ve al señor Camm y  al abogado de la familia Ormond, conversando afablemente, como si nada hubiese ocurrido. Antes de irse, el abogado echa una mirada de recelo a Thomas. Sin embargo, Camm dice que seguirá realizando la investigación al personal, a fin de evitar que se cometa una vez más el mismo error que le costó la vida a la hija de los Ormond.
La situación en casa de Thomas es, aparentemente, estable y normal. Pero esto es un engaño: Thomas guarda en secreto las cosas que ocurren en su trabajo, mientras  que  Ángela  comienza a ausentarse de la casa por muchas horas. Parece haber surgido cierto distanciamiento entre ellos.
Un día, Thomas llega temprano del trabajo. Como siempre, Ángela no está en casa. Thomas se sienta a ver televisión por un momento, pero alguien llama a la puerta. Al abrir la puerta, lo único que Thomas encuentra es un sobre, con un papel en su interior. Thomas lo lee y parece muy turbado por lo que dice este papel.
Ángela llega a casa, sólo para encontrar a Thomas, frío y distante. Pero pronto este deja todas las indirectas y le muestra a Ángela la hoja y el sobre. Ella, sin siquiera leerlo, parece intuir lo que dice.
Thomas: ¿Es verdad? ¿Es cierto lo que dice?
Ángela no responde.
Thomas:(insistente) ¿Es verdad o no? ¡Responde!
Ángela sigue sin responder; cubre su rostro con sus dos manos.
Ángela: Tú no entiendes…Yo…Yo…
Thomas:(furioso y triste a la vez) ¡Tú no tenías ningún derecho a hacer eso! ¡También era mi hijo!
Un fundido en negro interrumpe la conversación. En la siguiente escena, Thomas aparece caminando por la calle, envuelto en un abrigo. Esto tiene lugar el mismo día de la discusión, pues su rostro se muestra aún afligido y perturbado. Hace frío; la luz de las escenas anteriores cede a la oscuridad del otoño y del invierno.
Es muy tarde; no hay nadie en el parque. Thomas se sienta en una banca, solo. Cabizbajo, empieza a sollozar en silencio, mientras la cámara se va alejando. Fundido en negro. En una habitación,  muestra unas imágenes difusas de Thomas y Ángela discutiendo. La interferencia impide escuchar su dialogo. Se pierde la señal. Fundido en negro.

3
Thomas Beckett vive solo ahora. De manera desganada se levanta de su cama y se sienta sobre esta, quedando inmóvil por un buen rato. La casa está desordenada y Thomas ha comenzado a descuidar su aspecto. Una vieja foto aún muestra a Thomas y Ángela, reflejando la felicidad de otros tiempos. Pero muy poca de esta felicidad parece quedar en la casa.
La colección de mariposas permanece en el mismo lugar. Thomas va a su trabajo y se enfrasca más y más en él. Actúa de forma mucho más distante y desconfiada con respecto a los otros. Incluso con su amigo Robert, quien hace numerosos esfuerzos por sacarlo de ese estado. Algunos rumores empiezan a  circular sobre él, la mayoría de estos indica que Thomas ha desarrollado una especie de adicción, él no se preocupa por confirmar o desmentir ninguno de estos rumores.
Una tarde, Thomas desciende hasta el sótano de los laboratorios. Al descender, se queda paralizado, observando fijamente el pasillo. La cámara se vuelve hacia el pasillo, en el cual están Ángela y Robert, besándose. Thomas pestañea.  No hay nada en el pasillo.
Pero si hay alguien que camina en dirección hacia él: Un hombre que lleva una camilla sobre la cual ha sido colocado un cuerpo, cubierto por una sábana. La toma impide ver quién es la persona que empuja la camilla, pero la visión de la persona turba tanto a Thomas, que este se desmaya, siendo asistido por Robert, quien le lleva a su casa en su automóvil.
Cuando Thomas despierta, es de noche, y está en el auto de Robert. En la radio del auto, se escucha “Moon over Bourbon Street”. Thomas está amodorrado y escucha las palabras de su amigo sólo a media. Es como si ambos amigos se encontrasen en mundos diferentes.  Robert insiste en que está preocupado por él…Robert opina que Thomas necesita ayuda, una ayuda que él no puede darle. Robert asegura entender por  lo que su amigo está pasando: La separación, el dolor, el peso de los recuerdos…Habla de Ángela, al momento de hacerlo, no puede evitar hacerlo de forma afectuosa. No, Robert no esconde el hecho de que extraña a Ángela, pero su amigo no tiene oídos para oírle. Cierra sus ojos. La música de la radio se impone a la voz de su amigo. Afuera, sólo está la pista, oscura e interminable en medio de la noche…
Thomas tiene una visión…En ella, aparece el grotesco altar sobre el cual  han colocado al cadáver envuelto en ropajes propios de una imagen religiosa.
Un grupo de hombres, todos ellos con horribles cicatrices y marcas de intervenciones quirúrgicas (Algunos llevan incluso prótesis de metal en sus rostros, los cuales los deshumanizan y les añaden tintes monstruosos) oran ante ese altar. En el suelo, el cadáver del hombre asesinado por el conductor en la primera parte de la película y el propio conductor yacen en el piso.
El que parece cumplir la función de sacerdote hace una oración, y pide por el descanso de las almas de los dos difuntos. Luego, los dos cadáveres son arrastrados hasta una de las fosas del bosque…Los hombres  echan los cadáveres a las fosas. Luego de pronunciar una nueva oración por los dos muertos, las moscas comienzan a asediar los cadáveres. Su ruido es insoportable. Un tiempo después, el cuerpo corrompido del conductor aparece devorado por las hormigas, sobre la pila de cadáveres.
Thomas despierta. Esta vez, despierta en un miserable cuartucho en algún departamento en medio de la ciudad. Las noticias de la radio hablan de Guerra en determinadas zonas de… (Hay  una interferencia, la recepción no parece ser muy buena en ese lugar)  Thomas se levanta y se va al baño...En el piso se pueden ver numerosas inyecciones y frascos de medicina vacíos. En el brazo de Thomas se ven numerosas marcas de inyecciones. Thomas parece haber pasado una muy mala noche. Luce desarreglado, está más delgado y con la barba crecida.
Mientras Thomas vomita en el baño, la cámara registra su habitación: En ella puede verse el televisor de las escenas anteriores, apagado. Algunas moscas vuelan sobre los restos de la comida. Una vez se recupera de su malestar, Thomas se sienta sobre su cama, con expresión de desosiego en su rostro. Su expresión parece la de alguien quien ha dejado de tener contacto con la realidad.
Un flashback nos muestra que es lo que ocurrió: Un tiempo atrás, cuando Thomas aún trabajaba para  los laboratorios farmacéuticos Parthenon, fue llamado por el señor Camm,  el cual le llamó a su oficina. Una vez allí, el señor Camm, ya sin la afabilidad de antes, le ordena sentarse. Con mucha seriedad, coloca unos sobres sobre su escritorio. El señor Camm dice que son los resultados de la investigación. Un estudio ha revelado por fin quien fue responsable del error que llevó a la pequeña Nathalie Ormond.  Antes de que Thomas pueda leer en su interior, Camm le dice que no hace falta que lo haga. Prefiere decírselo personalmente.
Abraham Camm: (se lleva la mano a la frente. Suspira, mientras esboza una sonrisa infeliz en su rostro) Cuando leí esto, no lo creí…Pero hay veces en las que la verdad no es precisamente algo que uno quiera saber…
Thomas está desconcertado. El señor Camm añade con severidad:
-Me has decepcionado Thomas. Jamás hubiera esperado que alguien como tú cometiera un error tan estúpido como este…
Thomas: ¿Señor?
Camm:(furioso) ¡Déjate de tonterías! Ya revisé varias veces los resultados del informe… ¿Te das cuenta de todo lo que ha ocasionado tu negligencia? ¿Tienes una idea de la situación en la que pusiste a esta compañía?
Camm dice que debería denunciarlo a la policía y dejar que lo encierren. Pero en honor a la vieja amistad que los une, no lo hará. Pero no quiere volver a verlo nunca más mientras viva.
-Sal de mi presencia. No quiero saber más de ti. Para mí estás muerto, Thomas.
Luego de esta charla final con Camm, Thomas fue despedido de la compañía Parthenon. Su historial de trabajo fue borrado. En realidad, es como si nunca hubiera existido. Después, la gente se olvidó de él. Solamente Robert fue a buscarlo a su casa, pero no dio con él. Thomas no respondió ninguna de las llamadas de su amigo. Luego de ser despedido, Thomas dejó los suburbios, sin dar mayores explicaciones.
Thomas vivió un tiempo en la ciudad, en medio de miseria y sumido en los recuerdos. El otoño dio paso al invierno. Los copos de nieve caen sobre Thomas. Parecen pétalos, o las alas de un ángel. Parecen irreales…
El flashback es interrumpido violentamente por el timbre del teléfono. Thomas lo mira con tensión. Sabe quien está llamándolo y para qué. Otro flashback nos da la respuesta:
Una noche, Thomas recibió una llamada extraña. Se trataba de un hombre, llamado Leland  Miller. Thomas conoce a Leland de oídas, años atrás había oído de este empleado de los laboratorios Parthenon…Había sido despedido luego de que fuera descubierto que tenía conexiones con traficantes de droga. Eventualmente había sido mandado a prisión y Thomas no había vuelto a saber de él. Hasta ahora.
El lugar del encuentro es un club nocturno: En apariencia es una discoteca común y corriente. Thomas parece desorientado en medio de los jóvenes. Una chica, vestida en una forma que Thomas juzga inapropiada para su corta edad, se ofrece a llevarlo hasta Miller. El ensordecedor ruido de la discoteca se va alejando poco a poco cuando Thomas y la chica bajan al sótano. Una vez allí, Thomas descubre que la discoteca es en realidad una pantalla que encubre lo que pasa en el sótano: Allí, los jóvenes pueden adquirir toda clase de drogas ilegales. Allí también se llevan a cabo actos de prostitución ilegal.  Thomas sabe claramente que la gran mayoría de las chicas que ofrecen sus servicios están todavía en edad escolar…En las paredes hay graffitis, algunos de ellos representan pentagramas y algunos símbolos arcanos. Sentado en el centro de aquel antro, está Leland Miller, sonriendo burlonamente a Thomas, rodeado por dos hermosas chicas. Miller invita a Thomas a sentarse junto a él. Le dice que tiene una oferta para él. Pero Thomas no está interesado. Sólo quiere saber cómo Leland dio con él. Leland ríe.”Las noticias vuelan”.  Entre el personal de los laboratorios, están algunos que trabajan para él. Por medio de ellos ha conseguido enterarse de su despido y su desempleo…
Leland tiene una oferta para Thomas. Una “oferta de trabajo”. Thomas sabe qué clase de persona es Leland…Y qué clase de  trabajo quiere…
Thomas: ¿Por qué habría de trabajar para ti?
Leland: Vamos…No tienes que jugar a hacerte el rudo…Lamento lo de tu esposa…
Thomas frunce el ceño.
Leland: ¿Sabes? Para muchos no era un secreto lo de Ángela y Robert…Incluso tu gran amigo Abraham Camm lo sabía. Pero no te dijeron nada…Porque no querían herirte… (Leland ríe en forma bastante desagradable.) Una de las chicas se acerca a Thomas, en forma insinuante.
Leland:(riendo en forma desagradable) ¿La quieres? La puedes tener...Siempre  y cuando tomes la decisión correcta…
La música se acrecienta hasta volverse ensordecedora…El timbre del teléfono vuelve a sonar. Pero Thomas no contesta.
4
  La radio anuncia, entre otras noticias, la desaparición de una serie de personas, la mayoría mujeres. También informan sobre los efectos terribles de una nueva droga… (Interferencia) A pesar de las investigaciones de la policía, no se ha conseguido dar aún al principal proveedor de esta droga…Entre los efectos registrados en los adictos está una extraña propensión a la agresividad, que bordea la animalidad…pérdida de las facultades del habla y de la memoria…Problemas en la visión y en el sistema respiratorio…
Thomas está echado en su cama. ¿Debería levantase o no? ¿Cuánto tiempo pasó desde la última llamada de Leland? Está en el mismo departamento sucio y desordenado…pero unas prendas de vestir revelan que una mujer, una mujer joven ha estado allí hace poco.
Thomas reflexiona en su cama sobre los últimos acontecimientos de su vida:
Si bien aceptó trabajar para Leland, no lo hizo por sus promesas de dinero y poder. Lo hizo, simplemente a fin de no asumir su realidad, la clase de persona en la que se había convertido, después de separarse de Ángela y ser despedido de su trabajo: Una persona nihilista, autodestructiva, incapaz de enmendarse…
Unos días después, Thomas se volvió a encontrar con la chica que le había llevado hasta Leland, y que tanto le había fascinado la primera vez que la vio. Ella también le reconoció; y se fue con él.
A Thomas le desconcierta la actitud de esa muchacha…Lisa, ese es su nombre. Lisa, a pesar de lo que pudiera pensarse por su atuendo, es una chica bastante inocente y confiada. En cierto modo, su personalidad es como la de una adolescente cualquiera. Los dos van a una cafetería…Allí conversan alegremente. A Thomas le da algo de vergüenza: “La gente nos mira…La gente se fija  en nosotros dos, conversando como si fuéramos novios…Pero yo te doblo la edad. Podría ser tu pare, incluso…
Lisa:(ríe) ¿Qué importancia tiene eso? Que piensen lo que quieran…
Thomas:(Muy seriamente) ¿Cómo es una chica tan linda como tú termina?…Bueno…Tú me entiendes…Metida en estas cosas…
Lisa: ¿Piensas que soy linda? (sonríe, se pasa la mano por el pelo) La verdad…La verdad es que yo no era precisamente una hija ejemplar… (Ríe una vez más, de una forma extraña) Hace unos meses, mi padre…Mi padre…Me echó de la casa… (Thomas ya no sonríe.) Fue un tiempo muy difícil para mí. Por fortuna, me encontré con otras chicas, que habían pasado por lo mismo que yo…
Lisa habla de una mujer, llamada Teresa. Ella brindaba alojamiento a las chicas que habían sido expulsadas de su hogar. Incluso  ayudaba a las madres adolescentes a criar a sus hijos. Leía la suerte en cartas de Tarot, le rezaba a una estatua de  Cristo, coronada de espinas. Lisa no ha tenido mucho contacto con esa mujer en los últimos días. Hubo un incendio,  durante el cual Teresa sufrió quemaduras graves…Algunas de las chicas a quienes ella les había ayudado se dedicaron a diferentes trabajos, para ayudar a su benefactora. Así es como se involucraron con gentuza despreciable como Leland. Supuestamente, con el dinero reunido por las chicas, Teresa había obtenido atención médica, y una nueva casa, en el centro de la ciudad. Lisa se ha hospedado en el departamento de una de sus amigas. Ella le ha ofrecido un trabajo en un pub…
Lisa: No es lo que piensas…Sólo me pagan por bailar, nada más. Yo no soy…Yo no…
Thomas: Jamás podría pensar eso de ti, Lisa. Jamás. (Estrecha su mano)
Thomas le ofrece a Lisa irse a vivir con él. (“No es lo que piensas”…dice él, un tanto incómodo “Es sólo que…La ciudad no es un sitio seguro para una chica sola…”)
Lisa ríe. Ella dice que la ciudad ya no es segura para nadie. Los adictos a la nueva droga han formado pandillas. Matan a gente para robarle, y con el dinero compran más de esa droga, la cual, en palabras de Lisa, los pone como “demonios”.  Thomas se siente culpable…Es responsable de tantas muertes y desgracias. Aún así, no le dice nada a Lisa.  Ella acepta irse a vivir con él.
Los dos comenzaron a llevar una rutina extraña: Cada uno se iba por su lado, llevando a cabo su respectivo trabajo (Aunque ninguno de los dos tiene una idea bien clara de que es exactamente lo que hace el otro) Al final de cada día, se reunían al apartamento, durante la cena. Veían televisión, conversaban, bromeaban juntos…Una de esas noches, Thomas le contó sobre Ángela. Lisa siente que Thomas aún ama a su ex esposa, y sufre por ello. Cuando Thomas se queda dormido, Lisa le besa.
Thomas despierta tarde ese día. En el televisor aparece una noticia terrible: Uno de los adictos ha asesinado a una familia, para luego morir acribillado por la policía. Un programa sensacionalista muestra fotos del adicto, indicando los extraños cambios en su rostro y en su cuerpo. Thomas se queda turbado al verlo: Aquellos rasgos monstruosos, aquel salvajismo recuerda vagamente al de los monstruos con el rostro de salamandra.  La policía atribuye a este asesino la desaparición y muerte de numerosas personas. La nota habla de cultos supersticiosos practicados por los adictos… Thomas apaga el televisor. No desea ver ni oír más.
Ese día hace un paseo por la ciudad…La ciudad luce cada vez más sombría, más aciaga…Montones de bolsas de basura están apiladas en las calles. Las moscas vuelan sobre ellas. Un perro sarnoso olisquea  una de las bolsas.La muerde y la abre, descubriendo que en su interior hay cadáveres de pequeños animales…
 Casi nadie camina por las veredas, aunque sea de día. Thomas toma un autobús. Hay un lugar que desea visitar, un lugar que no ha visto desde hace mucho… Se trata de la casa en la que vivía con su esposa. El paisaje que se presenta ante sus ojos resulta descorazonador. El elegante suburbio en donde una vez vivió, luce abandonado. Muchas casas han sido derribadas o condenas. Los vidrios de su propia casa están rotos.
Thomas pregunta a un viejo sentado en la puerta de una de las casas por Robert. El viejo le mira con desconfianza. Por fin, le dice que hace mucho que las casas fueron abandonadas. La gran mayoría de los habitantes de los suburbios se fueron a vivir a la ciudad o al extranjero. La familia del viejo lo hizo, olvidándose de él.
-¿Qué otra cosa podrían hacer? Aquí no quedó nada para ellos…
Unos gatos se frotan en las piernas del viejo.
- Al menos ustedes no se han olvidado de mí… (Se levanta y sirve leche a los gatos en un cuenco de plástico)
El viejo le recomienda a Thomas irse. No encontrará a nadie..La mayoría de personas que están en las casas son vagabundos, que se han refugiado temporalmente allí.
Thomas no se da por vencido, y sigue explorando las casas. Pero sucede tal como el viejo le advirtió. Caminando, llega hasta los laboratorios Parthenon. También estos han sido abandonados. Guiado por una extraña intuición, Thomas descubre una pequeña entrada secreta hacia el sótano de los laboratorios. Allí encuentra numerosos frascos con diferentes sustancias. Hay una camilla vacía, sobre la cual hay una sábana manchada de sangre. Alguien ha estado allí hace poco.
Thomas se aleja de ese lugar, con el ánimo ensombrecido. Va hasta las ruinas de su casa, recoge algunas viejas fotos y recuerdos de Ángela, los cuales quema en las afueras de los suburbios. Un vagabundo se acerca y le pregunta si puede estar junto al fuego. Thomas le reconoce, es el pianista que tocó tan maravillosamente en la fiesta de Joseph y Melisa.  El asiente.
-Creo que mi suerte no ha sido muy buena…- comenta, riendo. A pesar de su situación, afirma no sentirse molesto ni resentido con la vida. En medio de tanta inseguridad y penurias, está convencido de que Dios se encargará de encaminar su vida por el camino correcto, hasta que consiga el descanso…
Thomas si bien no comparte la fe del pianista, se muestra admirado por la manera en la cual este asume su destino.
-¿Qué fue de su esposa? Esa mujer…Hay veces que la veo en mis sueños…tan hermosa como esa última noche…
Thomas duda un momento antes de responder.
-Ella murió. Hace mucho tiempo.
-Lo siento.
-No importa. Olvídelo…
Al cabo de un rato, Thomas se despide del pianista, y se aleja.
5
Esa noche, Lisa no regresó a casa a la hora de siempre. Tampoco la noche siguiente. Preocupado por ella, Thomas fue hasta el pub en donde trabajan sus amigas. Pero tampoco ellas saben nada sobre ella. Una chica le aconsejan ir a preguntarle a la vieja Teresa, y le da dirección. Al volver al departamento, Thomas descubre un cuaderno entre las cosas de Lisa, entre los cuales está la dirección y el teléfono de Leland, subrayados con rojo. Esto desconcierta a Thomas, quien decide ir hasta donde está Leland y pedirle cuentas.
Grande es su sorpresa al momento de llegar a la casa, en la cual está reunida una gran cantidad de gente, mientras que  unos policías ordenan a la gente retroceder y dejarles el paso libre. Del interior de la casa, unos enfermeros traen una camilla, en la cual yace un cuerpo cubierto por una sabana.
Thomas pregunta a uno de los policías que ocurrió en casa de Leland. Su respuesta es clara: Leland ha sido asesinado por uno de sus cómplices. De momento no se tienen ninguna evidencia que permita revelar quién es el culpable.
Thomas empieza angustiarse. Si mataron a Leland, también hay posibilidades de que lo maten a él. Y si Lisa estaba involucrada  con él, también hay posibilidades de que fuera asesinada…
Thomas corre a toda prisa en dirección hacia la casa de Teresa. Mientras lo hace, hay un fundido en negro. El televisor de Thomas se enciende solo. En él aparece una grabación de Leland siendo torturado antes de que su asesino terminase con él.  La señal se interrumpe.
Thomas llega a la casa de Teresa. Una vez allí es recibido por la dueña de la casa, quien le recibe muy amablemente. Teresa tiene el rostro y los brazos cubiertos de vendajes, claramente ocasionadas por el incendio del cual habló Lisa. Teresa invita a Thomas a que pase adentro de la casa. Él pregunta por Lisa, pero la anciana no da ninguna respuesta directa. En la casa algunas de las chicas arrullan a un bebé en la cuna. Pero hay algo extraño respecto a ese bebé. Tiene el rostro cubierto por vendajes, y su llanto no parece normal.
Sin embargo, Teresa le conduce hasta el segundo piso de la casa, concretamente a una pequeña habitación débilmente iluminada. Ante las insistentes preguntas de Thomas, Teresa responde que Lisa nunca desapareció. Siempre estuvo con él, hasta el final.
Al principio Thomas cree que la anciana se burla de él. Pero ella le señala una puerta en el cuarto. Detrás de ella está la verdad de todo, explica Teresa.
-En realidad, todo esto…No es más que una ilusión…Puedes irte o afrontar la verdad que está detrás de la puerta. Pero lo que ocurra a partir de este momento, es decisión tuya y solamente tuya.
Thomas le mira como si estuviera loca. Aún así, atraviesa la puerta que Teresa le indica. Luego de recorrer un largo y oscuro túnel, semejante al que el conductor recorre en la primera parte de la película. Al final de este hay una débil luz. Esta le lleva a un lugar familiar. El pasillo del sótano de los laboratorios Parthenon. El mismo lugar en el cual estuvo hace unos días…
Alguien llega caminando por el pasillo, empujando una camilla. Thomas se queda paralizado de terror al ver quién empuja la camilla.
Thomas Beckett empuja una camilla en la cual un cuerpo está cubierto por una sábana. Su expresión es un tanto ida, como si no fuese consciente de lo que hace.  Levanta las sábanas, revelando que en la camilla está Lisa. Aún está viva, puesto que  aún respira. Thomas le inyecta algo y Lisa ya no se mueve más. Luego extrae de una pequeña bolsa una serie de objetos quirúrgicos. Uno de ellos es la pinza con la cual el conductor del comienzo de la película fue herido de muerte.
Thomas grita horrorizado, y su otro yo (¿Yo del pasado?) le mira con expresión curiosa. Casi burlona. Thomas regresa por el túnel y confronta a Teresa.
Thomas: Qué… ¿Qué es lo que me hizo? ¿Por…por qué…?
Teresa:(impasible) Nadie te hizo nada. Tú mismo te lo hiciste. El Cielo…O el infierno, son lugares que nosotros creamos dentro de nosotros mismos, a partir de nuestras propias decisiones.
Como para probar sus palabras, Teresa desaparece. También lo hacen las demás chicas que viven en el interior de la casa. La cual cambia ante los ojos de Thomas. Ahora es un lugar tenebroso, en ruinas…Una vieja casa consumida por el fuego. Sobre el altar de Teresa yace ahora un cadáver momificado. Thomas abandona la casa de Teresa. Todo luce cambiado: La ciudad, ahora es aquel poblado infernal de la primera parte de la película. Thomas corre aterrado en dirección hacia su casa… Un ruido aterradoramente familiar se oye a la distancia. Son los monstruos.
Al llegar allí, Thomas se vuelve a encontrar con su otro yo. Este contempla la televisión con una expresión congelada, una sonrisa monstruosa con la cual se vuelve hacia Thomas.  El doble se levanta, y su figura crece hasta adquirir proporciones monstruosas….Thomas está paralizado de terror. No hay salida. El monstruo convulsiona y lanza unos graznidos horribles.
Thomas se cubre el rostro con las manos. Pero su doble, se acerca a él, y le obliga a confrontarse con la verdad antes de desaparecer.
Thomas ve su propio cadáver en el piso, herido con las mismas pinzas que usaba para matar a sus víctimas.
El viejo televisor le muestra los hechos de su vida, que su memoria había bloqueado…El asesinato a sangre fría de Leland y de Lisa, movido por los celos…por la desesperación, por el miedo a que ella terminase abandonándolo igual que lo hizo Ángela. Sí, el sospechaba que Leland tenía algo con Lisa. Y no podía perdonarle esa traición…La señal se pierde.
Uno de los dos Thomas desaparece quedando uno sólo, tirado en el piso, desangrándose. El que ha quedado se parece mucho al conductor. Conforme va perdiendo el conocimiento, la pantalla se funde en negro. Pero lo último que ve es a Ángela, sonriéndole con dulzura.
 Epílogo
Thomas despierta bañado por una luz blanca. Está en un lugar muy parecido a los suburbios, en su mejor época. Sus ropas están limpias y sin manchas de sangre. Una voz amable le invita a levantarse. Es el pianista, vestido con el mismo traje que usó en la fiesta de Joseph y Melisa.
-No es necesario que te atormentes más. Ya todo terminó. Eres libre.
Thomas está desconcertado. Un auto azul aparece ante él. El pianista le entrega las llaves de este automóvil.
-Sube. No te preocupes. Al final del camino, ella está esperando por ti.
El pianista sonríe y se despide de Thomas. Thomas enciende el auto.
La música de fondo es “In the Deep”. Ahora es de noche. El rostro de Thomas refleja paz y tranquilidad.
Lisa, en medio de la oscuridad del cielo nocturno, aparece sonriendo, convertida en ángel. Thomas cierra sus ojos y sigue manejando.
La pista sigue y sigue. La noche no parece tener fin. Y sin embargo, Thomas es libre.

Notas del director:
  • ·        Las escenas transcurren en el orden que son narradas.
  • ·        Las escenas que ocurren en la primera parte tienen una fotografía sombría y “sucia”; los movimientos de cámara reflejan tensión y distanciamiento.  En cambio, las escenas de la segunda y tercera parte son nítidas bañadas de luz. También la actuación cambia, tornándose un tanto melodramática. Esto se aplica también al prólogo y al epílogo.
  • ·        “My Heaven” de Akira Yamaoka se escucha cuando Thomas descubre la verdad de lo que hizo.
  • ·        “The Pink Room” es la música que se escucha en el antro de Leland.
  • ·        Cerca del final de la película se sugiere que el hijo de Ángela era de Robert, y no de Thomas.
  • ·        “The day of night” se escucha cuando Thomas recuerda a Ángela. También durante su encuentro con el pianista.


6 comentarios:

  1. Muy buena!! Me gusta cuando quedan un par de cabos sueltos, creo que esa es la mejor manera de hacer que el lector participe activamente en la historia. Espeluznante, conmovedora, tal vez un poco predecible su final; pero sin duda una gran historia, y una futura -y justa- nominada a mejor obra.
    En lo que es materia de terror, viene siendo la mejor en toda la historia del Directed By. No hay más que decir, con sus puntos flojos y todo, "Tanatos" es mi obra favorita de esta edición... Álvaro, tenés mi voto asegurado ¡Felicitaciones!

    PD: Que me cocinen si no nominan la banda sonora. Akira Yamaoka es un compositor TREMENDO que hizo gran aporte a esa obra maestra -del cine y el videojuego- llamada "Silent Hill"... (de la cual veo te has inspirado sanamente, es decir, sin copiarla)

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  2. Alvaro: vos mereces una premio aparte. Ya se publicaron 4 de tus 5 obras, y todas tienen mucha calidad, y mucho trabajo puesto en ellas. No me queda más que felicitarte. Te superas de obra en obra. En ésta, lo que destaca es el ambiente que has sabido crear y la complejidad de las interpretaciones a medida que avanza la lectura. Esta obra tiene una atmosfera muy bien lograda. Felicitaciones ;-)

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  3. Cuanta poesia en una misma obra!!!!...Hitchcock estaria orgulloso jeje... es excelente, sin dudas la mejor hasta ahora, te atrapa en todo momento, Guy Pearce está excelente, mucho mas confuso que en Memento, pero excelente al fin.

    La escena donde Thomas y Lisa hablan en un bar, creo, me recuerda mucho a la escena de Taxi Driver donde De Niro habla con Jodie Foster...

    Excelente musica, sin lugar a dudas.... la mejor obra de la historia del directed by...

    Pda: No se si es solo una impresion mia, pero la veo mas como ciencia ficcion que como terror...

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  4. Tremendamente cinematográfica. Concuerdo en que deberías llevar premio aparte porque no sólo brindaste cantidad sino calidad! Esta junto a la canción de los ángeles es la que más me ha gustado. Al principio echaba un poco en falta los pocos diálogos pero ahora me doy cuenta que verdaderamente no hacían falta. Felicidades porque te la mereces con creces.

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  5. Una obra con verdadera esencia de cine. Me ha gustado bastante la idea, la ambientacion, la trama, la musica, todo encaja a la perfección. Sin duda dentro de su género es una de las más sobresaientes de todos los directed by. Excelente trabajo Alvaro, felicidades de nuevo.

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  6. Excelente obra Alvaro, desde ya propongo que en la gala se haga entrega de una mención honorífica al director mas productivo de este festival.
    Reitero lo que dicen los demás, dentro de su género resulta de las mejores de la historia del Directed By, aunado a una banda sonora que queda a la perfección, la tensión y el continuo suspenso, hacen que leer la obra no te deje indiferente para nada, deja con ganas de más...
    Enhorabuena!

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