martes, 27 de abril de 2010

Directed by 4: EL UTILERO (Pabela "La Cinerata") - Argentina



Nombre EL UTILERO

Director Pabela (La Cinarata)  
                                                                           
Reparto 
Oscar Nuñez: Don Oscar
Hector Elizondo: Señor Brizuela.
Lidia Lamaison: Lidia.
Zooey Deschanel: Zuni, la nieta.
Aryana Engineer: pequeña  Zuni.
Cecil De France: joven Lidia
Adrien Brodie: Padre de Luisa.
Julie Depardieu: Madre de Luisa.

Género: Drama

Sinopsis: Don Oscar trabaja hace años como utilero de uno de los teatros más grandes de Buenos Aires; pero un día su vida cambia cuando el teatro se vende para construirse multisalas de cine. Ahora, grande y sin otro oficio a cuestas, Don Oscar deberá aprender que la vida no termina, se transforma.

Banda sonora:

Concierto Nº 23 para piano y y orquesta de Mozart - Click

Amar y dejar partir de Pedro Aznar - Click  

Agnus dei (adagio para cuerdas) - Click 

Summer 78 de Yann Tiersen.- Click 

Si no oigo mi corazón de Pedro Aznar - Click

Una canción diferente de Celeste Carballo - Click

Desarrollo.

Interior. Corren los créditos. Teatro capitalino .Una sala a media luz apiñada de elementos de utilería. De tanto en tanto vemos sobre una enorme mesada de madera  unas manos que peinan cuidadosamente una vieja marioneta. En el salón principal del teatro ensayan el concierto nº 23 para piano y orquesta de Mozart (adagio) mientras al mismo tiempo el Señor Brizuela habla en su despacho con unos hombres de traje. Sonríen, se dan la mano, leen un contrato. Don Oscar sigue arreglando la marioneta, la acomoda suavemente sobre una repisa llena de marionetas rotas y se la queda mirando, sonríe triste. Entra Brizuela.

Brizuela:- Don Oscar. ¿Tiene un minuto?
Don Oscar:- Varios.

Brizuela pone cara de circunstancia, ladea la cabeza con una sonrisa a medias.

Brizuela:- Bueno, mire. Ya cerramos trato.
Don Oscar : (lo interrumpe) Sí, ví.
Brizuela: En fin, ya lo hablamos. Para mí tendría que aprovechar a pedirse la jubilación. Ya está en edad y…
Don Oscar:- ¿En edad?, ¿de qué?
Brizuela: De jubilarse, hombre! No me la haga difícil. Las cosas cambian, evolucionan. El teatro ya no da. ¿No lo hablamos ya?.









Don Oscar hace un gesto con el hombro. Verdaderamente está más allá de todo. Se lo nota más triste que preocupado. Mientras, sigue acomodando cosas, guarda el pequeño peine en un estuche, apila sombreros varios y enrolla listones sueltos por ahí para luego guardarlos en un cajón. Brizuela sigue con su discurso mientras lo mira moverse lento.

Brizuela: Ahora lo que da son las multisalas. Si no quiere jubilarse, bueno… lo hablamos, vemos algún puestito en alguna de las salas.
Don Oscar:- ¿Vendiendo pochochos?.
Brizuela:- Bueno, no. Como acomodador por ejemplo. Sé que no es lo mismo que lo que hace acá pero…

Don Oscar se empieza a reír, primero en silencio, después a carcajada limpia.

Don Oscar:- ¡Me está ofreciendo un puesto fantasma!, Brizuela. Hoy no existen los acomodadores. Te cortan el tickesito y uno se acomoda solo. Hombre, vamos. ¿Qué me promete? Y ni así. Por mi, ya le dije, no se preocupe.

Brizuela:- Bueno, como quiera. En fin. La última función ya sabe, es en un par de semanas y después empiezan las obras de remodelación. No hace falta que lo invite a la fiesta del 24, usted ya sabe.
Don Oscar (Hace un gesto aludiendo a lo que lo rodea):-. ¿Y con todo esto que van a hacer?.
Brizuela: Ah!, no se haga mala sangre. Ya veremos.
 Don Oscar:- Pero acá hay cosas muy costosas. Trajes, muebles, vajillas. Las marionetas.
Brizela: Sí, sí. Lo más probable es que entren en una subasta.
Don Oscar: subasta… (hace un gesto de incomprensión)
Brizuela: Me voy yendo, pasaba para comentarle y bueno, piénselo.

Don Oscar no responde .Brizuela sale y Don Oscar mira la marioneta. Empieza a recordar, suena  Amar y dejar partir de Pedro Aznar mientras los recuerdos se van dibujando en colores pasteles e iluminación sobreexpuesta. Don Oscar está armando la marioneta en su casa. Ata delicadamente los hilos, la hace bailar mientras la prueba. Su nieta, Zuni, una pequeña niña de unos 5 o 6 años se ríe, la marioneta le hace cosquillas y se desata en carcajadas. Don Oscar luce contento, la cámara vuelve cada tanto a él mirando sus cosas, paseando la vista por los objetos. De cada uno se le vienen imágenes de actuaciones en el teatro, de gente ensayando, de manos trabajando mientras acomodan el escenario, Don Oscar luce feliz. Entra Lidia y golpea en la puerta que había quedado abierta. Lidia es una actriz de teatro, famosa por sus recitales de poesía, todos la adoran aunque tiene la costumbre de usar de tanto en tanto trozos de poemas para hablar  lo cual a veces se hace insufrible.

Lidia:- ¿se puede?
Don Oscar, sonriendo:- Pero, claro! Señora Lidia, faltaba más! Pase.

Saca un traje de un sillón y la invita a sentarse.

Lidia:- Gracias, no se moleste.
Ella mira alrededor y sonríe mordiéndose los labios.
Lidia:- Dios mío!, cuántas cosas.
Don Oscar:- Muchas cosas. Asiente con la cabeza a la vez.
Lidia:- ¿Qué vamos a hacer Oscarcito?, ¿qué vamos a hacer?
Don Oscar.- La pregunta del millón!. Si me lo pregunta usted que todavía tiene la tele, el cine… ¿qué voy a hacer yo,qué voy a ser?.

Lidia lo mira como avergonzada.

Lidia:- Tal vez nació cual el vehemente sueño del numen de un espíritu genial
Don oscar la mira extrañado, achica un poco los ojos.
…. Si quiere, puedo hablar con gente…
Don Oscar niega con la cabeza.
Don Oscar:- No, no. No hace falta. Empezar de nuevo no, gracias. 

Se sienta en una banqueta. Deja caer los brazos y con ellos, un suspiro.

Don Oscar: Sabe qué pasa, Doña Lidia?. Esta es como mi casa. Este fue mi primer trabajo, el único. Yo soy utilero.
Lidia:-¿Pero usted no empezó como titiritero?
Don Oscar:- Sí, utilero y titiritero los fines de semana, con las funciones infantiles… cuando a los mocosos les gustaba las marionetas, cuando todavía jugaban con muñecos, no con botones.
Lidia: (sonriendo atenta)- es cierto…Poderoso caballero es Don dinero, ahora los niños no juegan, Oscarcito, consumen!. En fin, simplemente venía a decirle que…que cuente conmigo para lo que necesite. (lo mira un rato sin hablar como cómplice)… Gracias.
Don Oscar:- No, gracias a usted Ña Lidia.

Lidia se vuelve un segundo:- Ah!, qué cabeza la mía! No me vaya a fallar la semana que viene eh?, es mi último recital.
Don Oscar:- El último acá, verdad?
Lidia:- Claro!, epa!. Estoy vieja, no terminada!. Algo saldrá después de esto. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera…
Sale después de regalarle una sonrisa luminosa. Don Oscar se queda perplejo mirándola irse, tiene los ojos vidriosos y los labios trémulos. Sabe que la va a extrañar horrores.

Transición.

Exterior. Plaza San Martín. Don Oscar está sentado en un banco de plaza, la luz le da suave en la cara y se escuchan niños jugando a lo lejos, se levanta y empieza a caminar despacio… empieza a sonar  Agnus dei (adagio para cuerdas), prontamente lo vemos ingresar a una catedral . Hace años que no viene a una iglesia y se queda parado en la entrada, mira cómo entran turistas y encienden velas. Camina hacia el último banco y se sienta, no puede sacar la vista del rosetón por el que entra una luz difusa. Comienza a recordar nuevamente, las imágenes le llegan borrosas, imágenes sobreexpuestas a contraluz. Imágenes de gente sentándose en esos mismos bancos todos vestidos de negro, lloran algunos, otros cuchichean por lo bajo. En el altar muy borroso se distingue un féretro y la imagen de una mujer. Zuni, ya una muchacha adolescente, llora desconsolada, de pronto mira a la cámara que se acercaba lenta al altar y lo mira con ojos rojísimos,

Zuni:-¡Abuelo!.

Don Oscar vuelve del recuerdo, tiene los ojos llorosos pero no se le ha caído una sola lágrima. Vuelve a mirar a su alrededor mientras se levanta. Sale.

Interior. Departamento de Zuni. Estamos en la sala de un pequeñísimo departamento de un ambiente de un barrio de la capital. Zuni escucha la radio, mientras acomoda unos títeres de paño en un bolso enorme. Tocan el timbre. Abre la puerta y es Don Oscar.

Zuni:- ¡Abue!, me estaba yendo a la plaza, me encontrás de casualidad.
Don Oscar:- Fui a la catedral …
Zuni:- A la catedral! ( lo mira asombradísima) ¿ y eso? ( mientras hablan pasan a la cocina, Zuni pone la pava al fuego.
Don Oscar:- No hagas nada, nena. Te estabas yendo…
Zuni:- Ay, Abuelo, si sabés que no tengo horario fijo. Unos mates y me voy.
Don Oscar husmea en el bolso que ha quedado abierto, saca un títere vestido de trajecito oscuro, un pequeño tanguero con una sonrisa similar a la de Gardel.

Don Oscar:- ¿Se venden estos?.
Zuni:- A los turistas sí. Gauchos, tangueros, el Patoruzito es pan caliente!.

Don Oscar sonríe sombrío. Acaricia el títere como abstraído. De pronto se da cuenta que Zuni lo mira preocupada.

Zuni:- ¿Qué te pasa abuelo? ¿por qué estás tan triste últimamente?. ¿Para qué fuiste a la catedral? Sabés que no te hace bien, que la abuela….

Don Oscar:- (atragantado con las palabras) No es la abuela, no es la abuela. (Deja el títere en el bolso).
Zuni:- Entonces?
Don Oscar:- Ya vendieron nomás. En un par de semanas empiezan las remodelaciones. Brizuela me dice que me jubile, que me conviene. Lidia, que puede llamar a cierta gente.
Zuni:- Bueno, abuelo, yo ya te dije.
Don Oscar (hace un gesto con el hombro):- pss, ¿jubilarme?... no me veo haciendo nada.
Zuni:- Jubilarse no es morirse, abue, mirá el tío Tito… 45 años trabajando en el Banco Central, meta número y número, redactando circulares, llenando papeles. Todo por 4 bocas para alimentar, se la bancó y ahora, chocho!. Tiene todo el tiempo del mundo para escribir, irse a las librerías, viajar….
Don Oscar:- No sigas, ¿querés? No me veo jugando a las bochas, ni yéndome a las Cataratas con esos viejos de mierda.

Zuni (ríe):- Sos terrible. Tengo una idea abuelo. Pasemos por el teatro, agarrate un par de marionetas, vení conmigo a la plaza, improvisamos con unos tablones y te das un show. Se llena de chicos.
Don Oscar:- pss naaaa, andá tranquila, nena.
Zuni:- Daaale, abuelo, dale! Si siempre te encantó dar shows. Si te jubilás podés venir conmigo a la plaza y …
Don Oscar:- No, no… andá tranquila, después veo si paso un rato. Ahora me voy al teatro pero para acomodar todo, parece que las cosas van a subasta.
Zuni:- Abuelo, pero hacete de las marionetas… no se las dejes! Esas son tuyas, las hiciste vos, eh!
Don Oscar:- si, sí…. Algunas me traigo.

Se despiden en la puerta, Zuni le da un beso sonoro y un abrazo largo. La cámara de espaldas a Zuni toma en primer plano el rostro de Don Oscar mientras se abrazan, un rostro sonriente pero apagado. Se sueltan y Don Oscar se va caminando despacio y Zuni lo mira preocupada, se queda mirándolo un rato hasta que se da vuelta y se va también.

Inmediatamente vemos a Don Oscar entrando en la sala de utilería, está a oscuras y la puerta abierta apenas ilumina uno de los costados lleno de muñecos y trajes antiguos. Se queda un segundo en el marco de la puerta y prende la luz, detrás aparece Lidia.

Se miran, se sonríen.

Lidia:- Qué cara está la cebolla!.
Don Oscar:- Hoy estoy sin saber yo no sé cómo…

Juntos:- hoy estoy para penas solamente. Se ríen con ganas.
Lidia:- Lo que me faltaba, che, que me copie ahora.
Don Oscar:- No, me adelantaba nomás.
Lidia:- ¿Quiere que le cuente un cuento?

Don Oscar la mira extrañado pero se sienta y le hace un gesto educado de que la escuchará.
A medida que Lidia cuenta, vemos imágenes en sepia de lo que está contando, por lo bajo suena Summer 78 de Yann Tiersen.

Lidia: - Cuando mis padres vinieron  de España tenían una mano adelante y otra atrás. Mi mamá sabía coser muy bien, mi papá siempre había trabajado el campo pero como ahora vivían en una ciudad, no había qué cosechar, imagínese viviendo en un cuartito de conventillo con baño compartido y baldosas por todas partes. Asique mi mamá le enseñó a coser a mi papá. (Don Oscar hace un gesto de sorpresa) sí, sí, así como lo oye. Durante unos cuantos años hicieron trabajitos sencillos, pero ganaban lo suficiente para comer, hasta que mi papá ya de unos 30 y pico de años largos se animó a hacer el primer traje a medida. De ahí se disparó, puso una sastrería con mi mamá. Yo para ese entonces ya estaba por terminar el colegio, era una afortunada de haber llegado siquiera al secundario, hablaba muy bien francés, ¿sabe? Y de pronto me ofrecen un puesto de secretaria. Estaba feliz, no sabe! No podía creerlo, en ese entonces no cualquiera conseguía un puesto con un sueldo semejante. Corrí chochísima a contarle a mis padres… (se para un momento como recordando divertida) Mi papá no dijo nada, nada hasta que terminé de hablar. Finalmente me dijo: ¡NO! … ¡No!, imagínese mi sorpresa, si con los primeros dos sueldos casi aspirábamos a una casa propia jajaja. Le pregunté porqué no… ¿sabe qué me contestó? “porque las oficinas no son lugar para mujeres, están llenas de hombres”. Pero ¿sabe lo más ridículo de todo? Que me dijo, si querés trabajar… venís a la sastrería.
¡A la sastrería! Donde no sólo había siempre hombres a rolete sino que además ¡los iba a ver en pelotas! ¿Se da cuenta lo ridículo de su proposición?. En fin, la cosa es que yo tenía tanta pero tanta bronca que me fui hasta lo del laucha, el laucha era el que levantaba quiniela en el conventillo ¿sabe? Conocía a medio mundo, todos apostaban con él. Y le dije que si me conseguía algún papel en el teatro le regalaba mi primer sueldo. Yo sabía que para mi padre las actrices eran todas putas… y acá estoy… si no era por un enojo de adolescente hoy estaba semi ciega cosiendo pantalones todavía.

Don Oscar la mira sin entender del todo, por su gesto Lidia lo mira divertida y le dice:

Oscar, lo que quiero decir es que uno no sabe nunca lo que va a pasar mañana, que lo que la vida hoy nos niega, mañana nos lo regala. Usted está mal porque piensa que lo único que sabe hacer es este trabajo, pero usted sabe hacer algo más importante… pasa que todavía no lo descubrió. Le falta esa libertad.

Don Oscar se queda pensando un segundo, se levanta y va hasta la repisa donde están las marionetas, toma una y se la muestra a Lidia. Acomoda los dedos y la mueve graciosamente. Lidia se ríe.

Don Oscar:- Esta la hice yo. Es mi preferida.
Lidia:- Es hermosa.
Don Oscar:- Mírela bien… ¿qué diría si ahora agarro unas tijeras y le corto estas cuerdas?.
Lidia:- jajaja, hombre, diría que está loco…
Don Oscar:- ¿Por qué?, si le corto las cuerdas sería libre, ya no viviría atado.
Lidia (se le ensombrece el gesto comprendiendo a dónde van las palabras de Oscar):- Sí, bueno…. Pero es una marioneta.
Don Oscar:- Por eso, es una marioneta y… (la mira mientras no deja de hacer movimientos con los hilos) y si le corto las cuerdas ya no serviría…. ¡no? entonces me pregunto… ¿por qué?
Lidia:- ¿por qué? ¿qué?
Don Oscar:- ¿Por qué todos insisten en cortar las mías?.
Lidia da un suspiro profundo…:- cuanto más me contemplo más me aflijo: cortar este dolor ¿con qué tijeras?… jajajjajaja sería muy gracioso si me disculpa la acidez.
Don Oscar:- ¿qué cosa?
Luisa:- Eso, usted, el utilero inútil… qué paradoja… (ríe) aunque realmente qué título para una obra!...(hace un gesto con el brazo extendido como si señalara un cartel) El utilero inútil.

Ambos se ríen, se ríen para no llorar. Luisa sale por la puerta aún riéndose mientras Don Oscar se queda sonriente mientras repite despacio… el utilero inútil. Se queda un momento mirando la marioneta y haciéndola bailar lento, de a poco se escucha in crescendo  Si no oigo mi corazón de Pedro Aznar. Don Oscar se deja caer en el sillón donde antes se sentara Lidia mientras sigue haciendo bailar a la marioneta, de a poco el rostro se le tensa y se pone a llorar silencioso… comienzan a llegarle imágenes del recuerdo otra vez, colores saturados, semi borrosos, donde se lo ve dando un show de marionetas, los chicos sonríen, aplauden con ganas…Cuando vuelve en sí parece más calmado, se incorpora, busca en un rincón algo que luego resulta ser un pequeño maletín de madera con esquinas forradas en cuero. Mete el muñeco y otro par más en el maletín y sale.

Exterior. Plaza Francia. Los puestos de la feria están todos armados ya y los turistas pasean mirando y comprando. En el medio de la plaza hay un pequeño escenario armado, Zuni está metiendo unos títeres en una bolsa para luego extendérsela al cliente con una sonrisa enorme. De pronto reconoce la figura del abuelo caminando por entre medio de los puestos, Zuni ve cómo uno de los puesteros le indica al abuelo dónde se encuentra. Cuando él mira hacia  la dirección que le muestran ve a Zuni blandiendo los brazos y saltando. Camina hacia ella.
Zuni está feliz.

Zuni:- Abuelo! Viniste!, y los trajiste!!!, los trajiste!!.
Don Oscar:- Sí, sí pero vamos a ver ¿si?, me quedo un rato…
Zuni:- Nada, nada, ahora van a cantar pero después armamos en el escenario un teatrito.
Don Oscar:- bueno, bueno como digas.

Zuni se va hasta el escenario y se pone a hablar con una chica que lleva una guitarra. Cada tanto mira hacia el puesto y la muchacha asiente sin problemas.
Don Oscar se sienta en la banqueta de Zuni justo cuando una pareja parece interesada en un paturuzito.

Mujer:- How much is this?
Don Oscar.- No, no no ingliyyyy
Mujer (haciendo un gesto con la mano):- ammm… cuanta??
Don Oscar:- Moment, moment…. Plis

Llega Zuni y se pone a atender a los clientes. La muchacha de la guitarra comienza a cantar mientras Don Oscar se pone a mirar la plaza, los puestos la gente. Mientras suena una canción diferente y Don Oscar mira a su alrededor… mira los puesteros, hablando y riendo, tomando mate, atendiendo a la gente. Mira los turistas, sonrientes, sacándose fotos. La mira a Zuni, la mira mientras ella está aceptando un mate del puestero de al lado. Ella lo mira y se lo ofrece a él. Le sonrié, el puestero también le sonríe y le hace un gesto para que acepte. Don Oscar lo toma sonriendo, se lo ve relajado y emocionado a la vez. La mira a Zuni y le dice:

Me parece que voy a tener que aprender inglés.

La música sube y aparecen los créditos. Los créditos suben lento mientras se lo ve a Don Oscar, a Zuni y a dos o muchachos improvisando un pequeño teatrito en el escenario. Don Oscar sonrié, habla hasta por los codos, da indicaciones, Zuni se ríe ….hay niños que se van juntando al pie de los tablones del escenario expectantes de la próxima función…
La pantalla queda a oscuras. Cuando termina la canción con los últimos créditos aparece Lidia sobre un escenario semi a oscuras recitando el siguiente poema de Machado:

Brotaban verdes hojas
de las hinchadas yemas del ramaje,
y flores amarillas, blancas, rojas,
alegraban la mancha del paisaje.

Y era una lluvia de saetas de oro,
el sol sobre las frondas juveniles;
del amplio río en el caudal sonoro
se miraban los álamos gentiles.

Tras de tanto camino es la primera
vez que miro brotar la primavera,
dije, y después, declamatoriamente:

¡Cuán tarde ya para la dicha mía!
Y luego, al caminar, como quien siente
alas de otra ilusión: Y todavía
¡yo alcanzaré mi juventud un día!

Aplausos, Lidia hace una reverencia.

Fin.





17 comentarios:

  1. Gente, por las dudas les comento que me mandé un error donde dice padres de Luisa, debería decir de Lidia...

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  2. Esta obra está increible!!!!!!!!!

    Mientras iba leyendo imaginaba que necesitaba ser más prolongada pero con vaya final, es infinitamente innecesario. la obra que más me ha gustado de éste festival hasta ahora. Está llena de melancolía, emprentitud y anhelo. Me quedo con la tristeza que deja el protagonista, al perecer sus recuerdos seguiran acompañandole por el resto de su existncia, pero mientras tanto, umilde y aun así feliz vive con su teatrillo.

    La veo exelente competidora para mejor obra, argumento, personaje masculino principal y soundtrack...de pronto se me escape alguna categoría.

    FELICIDADES PABELA!!!!!!!!1

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  3. ahhh...claro! El poster también es magnífico!

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  4. En la proyección pasada (Esclavos de la Tierra by Vicente Napoli), Xavier Vidal hacía un comentario acerca de lo que en realidad podría considerarse un trabajo cinematográfico sin confundirlo con un trabajo literario. Pabela... durante tu obra he respirado cine, sentido cine, vivido cine... Una obra sencilla pero muy significativa, melancólica, nostálgica. En otra ocasión, decía "Para que una peli sea perfecta, debe hacerme reír, llorar, sentirme desdichado y alegre al mismo tiempo". Tu obra lo ha conseguido. Muchas felicidades.

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  5. Una obra muy bonita, impregnada con una atmósfera melancólica, pero llena de optimismo. ¡Muchas felicidades Pabela! "El Utilero" es una obra hermosa, tierna y cautivante.

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  6. Joder he salido tarde por terminar de leerla, no podía dejarla. Magnifica, enhorabuena super-Pabela

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  7. Gracias a todos por los comentarios, es bueno saber que gusta!

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  8. Muy Linda Obra.
    Una obra muy original excelentemente Narrada y con unos dialogos increibles.
    Excelente el papel Oscar Nuñez y el de Zooey Deschanel.

    Saludos y Felicidades!

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  9. Pabela: Una obra redonda, profunda, emotiva.
    Coincido con cada una de las cosas que dicen los demás comentarios. Muy cinematográfica. Excelente tus acotaciones sobre la iluminación. Uno se imagina verdaderamente esas marionetas, que son, a la vez, viejas y jovenes, alegres y tristes. Un lugazo tu obra!!!
    La música genial ;-) Y Oscar Nuñez es candidatísimo a quedar nominado como mejor actor, y hasta a ganar el premio!!!!!!!!!!!

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  10. Genial Pabela! Una obra sencilla pero a la vez muy profunda. Muy bien contada y con personajes bien estructuradas. Un éxito rotundo. Felicidades-.

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  11. Una obra llena de melancolia y profundidad, con buenos dialogos, felicidades

    suerte

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  12. El utilero tiene los diálogos más bellos y maduros del festival. Oscura y luminosa, se lee sin dificultad e incluso deja con ganas de más. El debut de Pabela es excelente, felicidades.

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  13. Gran debut. Hacerca de la vida, casi un monologo imponente. Con dialogos profundos, ingenioso y hasta dolosos. Pabela, obra de sentimientos, de caracter y nostalgia: todos somo utileros inutiles.
    Felicidades y mucha suerte...

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  14. Otra vez vuelvo para agradecer muucho todos los comentarios!!!! De verdad muchas gracias!!!

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  15. Felicitaciones. realmente me parecio la obra mas emotiva y profunda del festival. Sencilla pero bella. Excelente el papel del Lidia Lamaison, al igual que el de Oscar Nuñez.
    Felicitaciones nuevamente, me alegra haberla leido.

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  16. Otro drama de esos que te marcan. Me ha gustado tanto como Esclavos en la tierra. Esa sensacion de no saber si reir, llorar... Solo me queda felicitarte por tu trabajo, sabia que no escribirias cualquier cosa Pabela.

    Mucha suerte.

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  17. como dice Neri arriba, creo que uno de los objetivos de este festival es que el lector no lea, vea una pelicula. Lo lograste a la perfeccion!!!

    Una obra espectacular...

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